
La carrera de los jets
Los que se atrevieron a innovar
La Era del Jet fue una época en la que volar no se trataba solo de ir del punto A al punto B, era una declaración, una mezcla de ambición, ingeniería, elegancia estética y un poco de poder geopolítico. Como alguien irremediablemente enamorada de los turborreactores y el brillo del aluminio pulido, te voy a contar la historia de la mayor carrera en la historia de la aviación: la competencia por construir el primer jet comercial.
Cómo y por qué comenzó
Después de la Segunda Guerra Mundial, la industria aeronáutica se encontraba en una encrucijada decisiva. Los aviones de turbohélices como el Douglas DC-6 y el Lockheed Constellation dominaban los cielos, pero ya alcanzaban sus límites de velocidad y altitud. Al mismo tiempo, los motores a reacción, utilizados en aeronaves militares, prometían algo revolucionario: vuelos con más altitud, rapidez y serenidad.
En aquel entonces, algunos gobiernos ansiosos por mostrar su capacidad y experiencia en la posguerra, y los fabricantes soñando con el próximo gran avance, comenzaron a esbozar ideas que antes pertenecían a la ciencia ficción: aviones de pasajeros impulsados por reactores. Así comenzó la carrera global del Reino Unido, los EE. UU, la URSS, Francia e incluso Canadá; todos ellos persiguiendo el futuro con un optimismo inmenso.
de Havilland Comet – El primero

El Comet era una máquina bellísima, de una elegancia fantasmal. Con sus motores integrados en las raíces de las alas, enormes ventanas panorámicas y una cabina presurizada, parecía sacado de una película de ciencia ficción. En 1952, se convirtió en el primer jet comercial del mundo en entrar en servicio, operado por BOAC.
Fue un triunfo del diseño hasta que la tragedia lo golpeó. Una serie de accidentes inexplicables reveló que la fatiga alrededor de las ventanas cuadradas causaba desintegraciones en pleno vuelo. El Comet fue retirado, estudiado, rediseñado y finalmente renació como el Comet 4, pero la ventaja inicial ya se había perdido. Aun así, su legado es monumental: enseñó a la industria a probar la fatiga del material, diseñar pensando en la presurización y redondear las ventanillas.
Tupolev Tu-104 – Soñando tras la cortina de hierro

Para no quedarse atrás, los soviéticos desarrollaron su propio jet comercial: el Tu-104, basado en gran medida en el bombardero Tu-16. Cuando entró en servicio en 1956, era el único jet transportando pasajeros en el mundo. El Comet había sido retirado, y los jets estadounidenses aún no se habían lanzado. El Tu-104 conservaba las alas en flecha (inclinadas hacia atrás), los motores y las superficies de cola del Tu-16, pero incorporaba un fuselaje más ancho, presurizado, con capacidad para 50 pasajeros.
El Tu-104, en términos generales, fue un gran diseño, aunque con un manejo desafiante. Necesitaba de un paracaídas para aterrizar porque las velocidades de descenso eran peligrosamente cercanas a las de crucero. Aun así, transportó a millones y abrió el camino para futuros modelos soviéticos como el Tu-124 y el Tu-134.
Sud Aviation Caravelle – El encanto francés

Conociendo la tendencia de los franceses hacia el diseño, no es una sorpresa que el Caravelle fuera una obra de arte. Con sus delicadas ventanas triangulares y motores elegantemente montados en la parte trasera del fuselaje, era un sueño del diseño de mediados de siglo pasado. Voló por primera vez en 1955 y entró en servicio en 1959. No fue el primero, pero sí el más estilizado.
Los motores Rolls-Royce Avon montados en la parte trasera ofrecían una cabina silenciosa y una aerodinámica de líneas limpias. Aunque no tenía gran alcance de distancias, era perfecto para rutas cortas y medias, y fue utilizado en aerolíneas desde Europa hasta Sudamérica.
Algo que Boeing quizás no quiera admitir es que tomó prestado parte del diseño de la nariz del Caravelle para su 707, un gesto que demuestra el respeto que este jet se ganó.
Boeing 707 – El que cambió todo

El 707, derivado del prototipo militar Dash 80 de Boeing, voló por primera vez en 1954 y transformó los viajes aéreos para siempre. Cuando Pan Am lo puso en servicio en 1958, tenía todo lo que al Comet le faltaba: alcance, capacidad y fiabilidad.
También tenía alas en flecha, cuatro motores turborreactores en góndolas y un fuselaje más ancho que permitía seis asientos por fila. El 707 se convirtió en el modelo para el avión moderno. Transportó presidentes, estrellas de rock y de cine, y también a personas comunes a través de los océanos. Era rápido, realmente rápido. No era solo un jet: fue el inicio de un movimiento.
Douglas DC-8 – El estable

El DC-8 adoptó un enfoque más conservador con un diseño robusto, amplio rango de vuelo e ingeniería cuidadosa. Sus variantes largas de la serie Super 60 fueron especialmente populares entre los operadores de carga, y es el único jet comercial que ha cruzó la barrera del sonido, por supuesto en una caída en picada controlada. Aunque vendió menos que el Boeing 707, la fiabilidad y adaptabilidad del DC-8 le otorgaron una vida útil prolongada. Algunos aún vuelan hoy en día como cargueros. Super 60 series variants proved especially popular with cargo carriers, and it’s the only jetliner to ever break the sound barrier, of course in a controlled dive. While it played second fiddle in sales to the Boeing 707, the DC-8’s reliability and adaptability gave it a long life. Some still fly today as freighters.
Convair 880 & 990 – Los más rápidos

Convair CV-880
Convair construyó el 880 y luego el 990 Coronado para ser los aviones comerciales más rápidos de su tiempo. Elegantes, delgados e increíblemente veloces, el 880 podía superar a cualquier objeto en el cielo, pero con una cabina de solo cinco asientos por fila y motores GE que consumían muchísimo combustible, no pudo superar los costos operativos.
A pesar de características fascinantes como cápsulas anti-choque arriba de las alas y aerodinámica avanzada, solo se construyeron 65 unidades de cada modelo. Fueron aviones hermosos y audaces, pero las aerolíneas se guiaban por las ganancias, y estos aviones consumían demasiado combustible para alimentar esos potentes motores. Aun así, viven en nuestros corazones como símbolos de una innovación sin miedo.

Convair CV-990
Avro C102 Jetliner – El que pudo haber sido

El Avro Jetliner de Canadá voló en 1949, solo 13 días después del Comet. Tenía alas en flecha, tren de aterrizaje de tres ruedas y poderosos motores a reacción, mucho antes de que el mundo estuviera listo. Lamentablemente, debido a un cambio en las prioridades del gobierno, el proyecto Avro fue forzado a enfocarse en aviones militares, y el proyecto fue cancelado. Sólo se construyó uno, y más tarde fue desmantelado. Sin embargo, su fantasma ronda a cada aficionado a la aviación y sigue siendo un hermoso “que pudo haber sido”.
El legado que aún vuela
Estos aviones no cayeron del cielo. Ellos fueron meticulosamente diseñados en una época en la que casi todo era terreno inexplorado. Esta edad de oro de la innovación a de los jets a reacción sentó las bases para los aviones que volamos hoy. Quizás se hayan vuelto más eficientes, pero estos pioneros fueron sin duda audaces. Convirtieron el cielo en un escenario y hicieron del jet set no solo en una frase, sino en un estilo de vida. Esto es lo que estos aviones nos enseñaron:
El Comet – como construir con fortaleza.
El 707 – como construir a lo grande.
El Caravelle – como construir con belleza.
El DC-8 – como construir durabilidad.
El Tu-104, los Convair y el Avro Jetliner – que a veces, empujar los límites implica aceptar riesgos, y soñar de todos modos sin importar los resultados.
Al mirar atrás la carrera por construir los primeros jets comerciales es como ver la historia romper la barrera del sonido. Fue salvaje, desordenado, a menudo peligroso, pero siempre visionario. Y para nosotros, los románticos del Jet Age, no hay sonido más dulce que el de los primeros turborreactores, ni vista más elegante que la de unas clásicas alas en flecha. Así que brindamos por los soñadores, los diseñadores y los valientes que construyeron el Jet Age, remache por remache.
Créditos de las imágenes
DC-8 and Convair CV-990 por Werner Friedli
de Havilland Comet 1 – autor desconocido
Sud Aviation Caravelle – autor desconocido
Tupolev Tu-104 por Lars Söderström
Boeing B707 por JQ Official
Douglas DC-8 por Werner Friedli
Convair CV-880 por SDASM Archives
Convair CV-990 por San Diego Air & Space Museum Archives
Avro C102 por A. Douglas Pearce
Si Ud. es dueño de algún material visual mostrado en este artículo, por favor hágamelo saber para incluirlo en los créditos.
